Te
concedo un lecho
de
sensaciones volátiles,
sin
esperar al amanecer.
Una dulce
mentira deliciosa,
y
esas palabras de fuego
que
borran sueños vacíos.
Deja
que cuente tus lunares,
que
abra puertas y verdades
en lo cotidiano de tu piel,
gozando
olor en tus susurros,
como
rebelde cuita de siembra.
Una primer
melodía a oscuras,
ninfa
de sensación infinita
perdida
en el sendero de un viaje,
donde
puedo ser casi nada
en
los trajines de mujer dormida.
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