Ya
no hay tiempos de verte.
La
historia no continuara más.
Entonces
viborea el silencio
con
su bagaje de horas vacías,
ave
azul que sueña sin vuelos,
sentimientos
arados en secano.
Vuelve
la libertad de manos frías
a
rasgar lapsos de impotencias,
vagando
universos de estupidez,
armada
con ímpetu de soledades.
Un
retrato vacío que lleva tu nombre
danza
delirios del reciente pasado,
rozando
como un ala crepuscular
el
letargo que late en las sombras.
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