Vengo
corriendo, siempre llegado tarde.
Rebotando
en casi todas las direcciones,
con
las mangas largas, la cara relajada,
y
satisfecho en un lateral del cuadrado
que
se hace llamar atención de lo común.
Casi
un apodo usado, gustado y gastado,
modificado
hasta en lo que le han tallado.
Un
linaje de mensaje oculto a simple vista,
que
habla de una mitología latina imperfecta,
nacido
de una obra, la menos griega de todas.
No
soslayar sonreírse, feliz para mis afueras,
ansioso
por reclamar lo que llevo buscando,
sin
estar seguro de lo que pueda conseguir.
Mirando
hacia un camino pero sin ver nada,
para
indagar donde sopla el azaroso viento
que
es la razón de pensarte, figura abstracta.
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