sábado, 22 de diciembre de 2018

Entre tu carne y mi carne

Fue entonces que inicié el viaje.
En el dulce enojo de un ocaso.
Abandoné voces, andenes, risas
y pájaros perdidos en sombras,
llevando retazos tibios de caricias,
silencios hondos y fugitivas tardes.
Se extendió mi oscura sombra
por pieles de azúcar y aceitunas,
transite labios húmedos y sabios,
descansé en lechos de hierbas,
y me alimenté de alguna pleamar
y de acuáticas armonías. Fui feliz,
viviendo entre en tu carne y mi carne.




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