Fracciones de segundo
en
vendaval.
La
ardiente fogata es ahora
tibia
lumbre,
el
vino de siempre, ahora agrio,
ni
siquiera busca
un
odre nuevo que llenar.
Tumultuosa
marejada
que
apenas es lento reflujo.
Los
oídos prestan atención
a una
vieja canción ya consumada.
Somnoliento,
el cielo
va
rasgando los silencios,
y te
acostumbras,
como
acostumbras a conversar
con fotos
desteñidas,.
entre
un cigarrillo apagado
y ese
algo,
que ya
no se entiende.
No hay comentarios:
Publicar un comentario