domingo, 7 de noviembre de 2010

Salvo error u omisión (S.E.U.O.)

Calurosa tarde de noviembre,

Modorra que no termina de irse,

Y muchas ganas de no hacer nada,

Solo esperar que mengue el calor,

Que el sol deje de atormentar

Al ventanal, que se empeña en seguirlo.

Logrando que lo tórrido de la calle

Inunde la habitación en que me encuentro.

Un televisor encendido en algún lado,

Trae el relato de un partido de fútbol

Alguien escucha música a toda orquesta.

Los ruidos de la acera van despertando,

De un siesta que se prolonga sola.

No vienen ideas a mi cabeza,

Ni se si quiero que vengan.

Es uno de esos momentos,

En que lo único que se desea

Es lograr la nada perfecta

Del no hacer ni sentir nada.

Pero es inútil. Están ellos.

Los recuerdos, las nostalgias,

Que escabulléndose de todo

Se empeñan en reaparecer

Cuando menos los esperamos.

Ya me canse de intentar ahuyentarlos,

De procurar reemplazarlos

Por inútiles lecturas.

Ahora los dejo que se explayen,

Que uno tras otro en loco carrusel

Pasen frente a mí rememorando

Lo que a ellos se les ocurra evocar.

Después, cuando se agoten,

Y con las sombras de la noche

Finalmente se retiren,

Me quedaré con los mejores,

Los mas gratos, los intensos,

Esos en los que siempre,

Inevitable y fatalmente,

Estamos vos y yo. S.E.U.O.


2 comentarios:

  1. Precioso.y es cierto, tiene una similitud con lo que yo siento. Abrazos

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  2. TU siesta es buena, si al despertar te quedas" inevitable y fatalmente vos y yo", a mi las siestas me producen (SEUO) mal humor, pero a tí te inspiran..

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