miércoles, 24 de julio de 2019

El opio de la luna

A veces, suelo soñar con un azul lejano,
alucinado por el opio de la luna,
copiando en secretas pupilas
notas musicales y tonos suaves de violeta.
Es como si disfrutara de un brindis,
de la plenitud de un secreto o de una entrega,
como embriagarme de un licor de ingenuidad
y caer en un vértigo sin alba y sin ocaso.
Despierto, guardando una imagen ya perdida
con la certidumbre de un inmenso arrebato.
En tanto se disipa ese blando misterio,
me regreso al sarcasmo de la propia vida
donde acumulo cansancio, languidez y olvido.



1 comentario:

  1. Los sueños también son secretos salvo que el que los sueña quiera develarlos. Me encantó el poema, como siempre, todo lo que escribes.

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