domingo, 21 de julio de 2019

Página blanca


Que mejor ejercicio en este día de lluvia,
que intentar descifrarte escuchando
las cosas profundas que las gotas dejan
deambular sobre el marco de la ventana.
Descifrar el vagar de tus alegrías dormidas,
de tus brazos atravesados sobre tu vientre
y el ángulo absurdo de tus piernas, recostadas
como un tronco inclinado por tenue viento.
Irremediablemente vestida solo de tu piel,
acunando una sutil sensación de desgano.
Sigiloso, esbozo una caricia ausente
que me brinde una pista para evocarte,
y mi mano, dócil al misterio de tu carne,
se pierde en los laberintos de tus latidos.
Mis intentos se resquebrajan bajo la inercia
de quererte así, ignota e inexplorada,
aquietada en el candor dormido del reposo,
y dejo que la lluvia, canción distante que se pierde,
haga de ti una página blanca a descifrar.

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