El
crepúsculo recorre un camino solitario.
Ninguna
huella, ninguna flor, ningún ave.
Hojas
jóvenes, hojas verdes, hojas nuevas
bailan
en el viento que es de otoño. Danzan
en el
camino, alegrando el viaje vespertino
hacia
la fragancia que lo aguarda en la noche.
Es
incapaz de dormir, estando ella tan cerca
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