Desnudo,
sin la
gracia de la desnudez.
Desamparado
de las
palabras escritas,
regalado
en más
de la mitad de la vida,
vacilante
en
medio de agitada soledad,
retornando
a la
ceguera inexplicable del destino,
malcomprendo
el
lamento existente en lo inexistente.
Anónimamente
intemporal,
se me suspenden los tiempos,
volviendo
a
buscar, trozo a trozo, lo tú, ahora, crees el pasado.
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