miércoles, 8 de junio de 2011

Violetas

Sácame de dudas
sobre la violeta de los alpes
que tu interés acapara.
Ha pasado mucho tiempo
desde que intento desplazarla
y tu, princesa en fuga,
con un juego de palabras,
suavemente,
calmas mi ansiedad
volátil como un crepúsculo,
enrostrándome
la libertad que prefiero,
(esa casualidad que nos une),
como esmeraldas desgastadas
de la naturaleza humana.
Al infinito y más allá
van mis ruegos,
como las sombras, cada día
el último vuelo de mis labios
quiere vivir en tu amanecer,
reflejo de luz de ese jardín
hoy vedado para mi visión.
Algunas veces dudo si podré
vencer este sabor amargo
de la desolación espesa,
con que el postergado encuentro,
rapta mí necesitándote ahora.
Estos mensajes no debían ser.
Yo y mi otro yo solamente queríamos
saber dónde debo cultivar las flores,
para que tu afecto me rescate
de la gota minúscula de mi destierro,
mientras tú sigues atenta a la belleza
de tu violeta de los alpes.

1 comentario:

  1. Al infinito y más allá
    van mis ruegos...


    También los míos.
    Sublime, felicidades :-)

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