Tuve un sueño,
un aplauso fuerte,
y un despertar.
Fui testigo mendaz,
e ilusión de títere.
Había sensualidad
en letras de índice,
y pinte intentos.
Sabía enamorarme,
ser un buen amigo,
y aquí estoy rendido.
Todo fue pretérito,
misterioso y fugaz.
Hasta que llegaron,
sorpresivos, tus ojos.
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