viernes, 27 de enero de 2012

Inconfesable



Inconfesable y profano,
adelantó su usado agosto
(un poco mas que su ayer)
gastando el precio del tiempo
para la noche de aquel día.
Ni siquiera se dio cuenta
de la razón de estar allí,
la distancia de los años,
como un aparatoso accidente,
le confirmó que nunca ocurrió
su anhelado sueño de amor.
En la vuelta, vendió su cuerpo
a una persona muy especial.
Desde entonces, y para siempre
su puerta permanece abierta.
Y en el umbral su respuesta.

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