lunes, 27 de febrero de 2012

Un paseo


Tendré un buen viaje
engañando a la existencia.
Sentado, cómodo, en un tren,
un maquinista chino,
me llevará por un viejo sueño
en el prologo de un cuento.
Un paseo a la enajenación
del hombre simultáneo.
Me despediré con la nada
saliendo del corazón central.
Sobre las vías, cantando un tango,
cruzaré mares inconexos,
beberé un oporto en tus labios, 
escuchando fados en portugués.
iluminaré con candelabros
los túneles que me tiendan,
para llegar, paulatinamente,
al viejo cobijo donde, pacientemente,
 degustaré tu cultura.

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