Me gustaría que supieras ser
trapecista de la luna menguante,
des abandono de una lágrima,
carrusel de viento y agua florida,
alas
abiertas en ingrávido vuelo.
Pero
nada de esto puedes lograr.
Después
de todo, al bien mirarte,
con ese egoísmo de ser humano,
disculpo
tus armonías perfectas,
tus
arroyos de redondas piedras,
tu
boca de obligatorios urbanos,
y con él, te invito a que regreses,
tan plena
de tus imperfecciones
para
dejarme, incurables instantes
en
los que deseo ese mágico soplo
en
el que somos un mismo barro.
Realmente hermoso, perfecto. Saludos.
ResponderEliminarPoema bello y muy filosófico…
ResponderEliminar"incurables instantes
en los que deseo ese mágico soplo
en el que somos un mismo barro."
Un gusto regresar por tu vereda y regalarme con tus versos.
Saludos efusivos Seroma.
Feliz amanecer.