lunes, 29 de diciembre de 2014

Cosas que pasan


Como el todo, que se vuelve nada
en la convulsión de las tormentas,
te erizas en continuo respiro feliz,
bramando en gemidos tus secretos.
Con el último suceder de tu cuerpo,
una placidez pausada de teclados,
acomete, instantánea, aferrándote.
Con ella se sosiega tu ego en paz,
calculando los tiempos de espera,
para embestir con nuevos alientos
en esas  maniobras de enamorada
con que, rápida, recuperas rumbos
por los que, ágil, recibes y ofrendas
brindis renovados en tantas veces,
que en realidad nunca podrás notar
cuantos pétalos devoró tu acrobacia.
Más tarde, en el sonrojo de tu mejilla,
el rubor dirá son cosas que pasan.

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