miércoles, 24 de diciembre de 2014

Testigo mudo

Casi un testigo mudo es la noche en la ciudad.
Un hombre desarropado se viste con adoquines,
a los pies de una prostituta se maquilla la vereda,
el alma encerrada de una niña libera su regazo
luego de las compras, yendo de vuelta a casa.
En la bocacalle, la luna espera saltar  un charco,
y un bache toma con afecto de un auto una caricia.
Más allá, la maravillosa tristeza de la sabiduría
se apoya en el bastón de un anciano hermano.
Con historias de ausencias navegan las palomas
picoteando en un inofensivo jardín doméstico.
Las farolas de los laterales resplandecen secretos,
y un concierto de vidrios rotos, dan oportunidad
para que una ventana, ofrezca gratis su contenido.
Se enmarca el cielo en un laberinto de cables,
y un solo alambre va separando la noche del día.
El nocturno universo se despereza en peatones,
la ciudad ya no va a ser la misma bajo el cielo,
las vergüenzas se pasearan trajeadas de oficina,
alguna monja pedirá limosna a cámara lenta.
Ambivalentes abrirán sus puertas los comercios,
murmullos surgirán de la penumbra del gentío.
Nadie leerá los ojos del ocasional acompañante
que, con las piernas agitadas, sube al transporte.
En el traqueteo del viaje no se verán sus rostros.
Construyendo casi nada pasaran el día entero,
y el mundo interesante cerrará un nuevo círculo.
Mientras la sociedad cree renovarse y dice que vive.

2 comentarios:

  1. Una instantanea de la decadencia en la. socieedad burguesa citadina.Falta la otra cara, a la q pertenecemos los poetas. Felices Fiestas con mi admiración y cariño.

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  2. Seroma...un mundo al que pertenecemos y andamos cada uno a su ritmo y con sus problemas...pero si tomas la vida con alegría llevas mejor el andar del tiempo.

    ¡¡¡ Felíz Navidad !!
    con cariño un beso

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