martes, 23 de junio de 2015

Luego hablamos

Ghettos…. ghettos…. ghettos,
ocultos y a la vista, enfrente, atrás,
al costado, debajo y sobre la autopista.
No están, no existen, no son, no nos habitan.
Ghettos…. ghettos…. ghettos,
de hojalata, nylon, chapas oxidadas, mierda,
mucha mierda oliendo y oliéndonos,
desde nuestro casi recién estrenado siglo veintiuno.
Ghettos…. ghettos…. ghettos,
Rodrigo Bueno, los Piletones, Calacita, Zabaleta,
Villa Dulce, La Cava, Ciudad Oculta.
Los nombres no alcanzan, pongámosle números,
 1-11-14, 3, 6, 13 bis, 16, 17, 19, 20, 21-24, 26, 31 y 31 bis.
Terno, cuaterno, hilera y cartón lleno.
Ghettos…. ghettos…. ghettos,
inventémosle escusas y sociologías de escritorio,
transitorias, de emergencia, asentamientos,
ocupas, invasores, marginales.
Hermanémoslas con otras lenguas y otros mundos,
favelas, callampas, pueblo joven,
katchi abadi, shanty town, bidonville, township, barong-barong, jhuggi.
No importa como no las nombremos,
ghettos…. ghettos…. ghettos,
de hambre a plazos y muerte de paso lerdo.
Luego hablamos de inclusión social.


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