miércoles, 3 de junio de 2015

Labriego de besos

Al final del día, solo quiero andar en ti.
Cerrando los ojos sentirme sorprendido
por un tiempo prestado desde adentro.
Borrar lo innecesario del día y ser ángel,
atrapado en esa, tu sabiduría navegante,
que estremece mi piel cuando, apócrifo,
me quito la camisa alzado por tus manos,
apuntalando las puertas de la felicidad
que, abriéndose, me permitirán, repetido,
ingresar caótico en la tierra prometida,
y allí, como incansable labriego de besos,
sembrar una canción para la noche suave.


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