Hay momentos en que me siento
hurgador de letras muertas,
alquimista de consonantes,
carpintero de vocales,
constructor de palabras sueltas
que solas se arman en papel.
Y hay momentos en que solo me veo
equilibrista de mis pensamientos,
sin poder volcar en la pluma
frase alguna que refleje
la tumultuosa volatilidad
de mis alocados sentimientos.
Y hay momentos en que me basta
pronunciar por lo bajo tu nombre,para saberme vivo. Entero
Una complicidad corpórea se entrama en tus letras. Un privilegio para quienes experimentan esa sensación y tan rica comunión…tanto, que todo lo demás incomoda, sobra. Muy bueno.
Es un gran problema, o quizás no tanto.
ResponderEliminarA veces sobra la cama, a veces lo que sobra es el problema.
Saludos cordiales:
Antonio
Una complicidad corpórea se entrama en tus letras. Un privilegio para quienes experimentan esa sensación y tan rica comunión…tanto, que todo lo demás incomoda, sobra. Muy bueno.
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