viernes, 20 de mayo de 2011

Solitario y triste

El furtivo cazador de la libélula
despierta con esa mirada
que únicamente un coleccionista tiene.
A solo tres pasos de su juego agónico,
no piensa en la vida de las mariposas,
ni en la vida, amor y goce del ave,
ni en ese agónico morir lentamente
al que condena a la naturaleza en peligro.
Su instinto, es no quedar con las manos vacías,
como un profano de la armonía
sus pensamientos, encuentran inspiración
en la barraca, donde atesora trofeos.
La férrea muralla de su ceguera
le impide que lo habiten huellas
o que en él aniden remordimientos.
Rota su relación con lo natural
va recitando la vida en la muerte.
¿Qué será de sus sensaciones
el día en que el cazado sea
el solitario y triste cazador ingenuo?


Ilustración: "Cazando Mariposas" - Berthe Morisot

No hay comentarios:

Publicar un comentario