Como una gaviota desvelada,
cuyo mundo controversial gira,
para renacer como vuelo de águila
en el abismo del amor caluroso,
me encuentro cegado, una vez más,
por la suave y constante mirada
de tus besos que saben a sal.
Hay momentos en que me siento hurgador de letras muertas, alquimista de consonantes, carpintero de vocales, constructor de palabras sueltas que solas se arman en papel. Y hay momentos en que solo me veo equilibrista de mis pensamientos, sin poder volcar en la pluma frase alguna que refleje la tumultuosa volatilidad de mis alocados sentimientos. Y hay momentos en que me basta pronunciar por lo bajo tu nombre,para saberme vivo. Entero
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