miércoles, 14 de septiembre de 2011

Nube

Conocí una nube.
Venia de vencer el silencio,
y en una caja escondida
la felicidad traía.
Con absurdo apego,
cultivaba noche y día
intemperantes sorpresas
oriundas del tiempo.
Reía a la distancia,
lejos de toda tristeza.
Su cuerpo, al acecho,
sobre de mí se recreaba.
Como frívola poetisa
armonizar no buscaba.
Cobijaba coloridos eclipses
en el principio del horizonte.
El último día de lluvia,
quiso perderse
en brazos de un perfecto seductor.
No me eligió.

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