jueves, 1 de septiembre de 2011

Tertulia


En la oscuridad de ese café,
dormida en su evasión de vida,
en esa cuestión de vivir por vivir,
monocromática en sus sueños,
y con su voluntad postergada,
le sucede otra vez un nuevo intento
de olvidar sus rutinas callejeras
y comenzar la historia de un cambio.
Bordada la rayuela en la vereda
muestra un cielo, para ella tan lejano
como contiguo está el infierno vivo.
El olor que trae la canción del viento
la mueve a circular por el turbio Once,
apartando las llaves para ir al cielo
que no recibe  jóvenes imperfectas.
Adentro, en la tertulia del alcohol,
los viejos parroquianos de siempre
discuten, sobre la esencia del hombre.

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