domingo, 22 de mayo de 2016

Una voz


Ayer, aquí mismo, se plantó un árbol.
Un simple soldado verde sobre la tierra.
Alguien talló una voz en su corteza,
tal vez un hombre de poco hablar o un condenado.
La grabó del lado de la lluvia, con la luna nueva.
En el polvo de los días
a nadie le importo la frágil voz tallada ese día.
Así, de a poco, fue la cosa.
Ahora hay tan solo un viejo árbol que ni siquiera
está en un buen camino.

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