Sorprende la lectura de los estudios del Dr.
Almond Parner, antropólogo y paleontólogo, titular de la cátedra Human
evolution, de la distinguida y muy reconocida Universidad de Al-Karaouine,
fundada en el año 859, y ubicada en Fes, Marruecos.
El científico, afirma de manera tajante que,
en el futuro, el género masculino, es decir los hombres, habrán desaparecido,
sobreviviendo únicamente las mujeres, auto bastándose para reproducirse.
Basado en un trabajo que le ha consumido
quince años, sostiene y ha llegado a probar, que la humanidad ha tenido origen
en una región que hoy ubicaríamos en el África sahariana, pero que en su
momento se encontraba integrada a Europa, en el denominado continente Gondwana.
Sustenta la tesis de que los homínidos
originariamente eran de piel oscura, preferentemente de un negro profundo, con
la cual se encontraban protegidos de las radiaciones solares propias de la
región ecuatorial.
Que sus hábitos primitivos eran depredadores más
que cazadores, puesto que los animales que resultaban sus víctimas solo eran
aprovechados para un consumo inmediato, y que ello los obligaba a grandes desplazamientos en todas las
direcciones.
Que ocurrido el desmembramiento de esa pangea
denominada Gondwana, punto que él sustenta fue abrupto, esta ruptura encontró a
distintos grupos dispersos en puntos terrestres diferentes y que, por las
profundas modificaciones ocurridas en la corteza terrestre, se le impidió
retornar a su lugar de origen, cuestión que, por otro lado no era habitual en
ellos.
Aislados entre sí, cada colectivo, en el
transcurso de los siglos, fue evolucionando hasta conformar razas diversas,
comenzando a adaptarse a las nuevas condiciones climáticas y geográficas que
debieron afrontar.
Que a medida que se alejaban de la zona
ecuatorial, se fue modificando la necesidad de contar con la protección que la
pigmentación oscura que la piel brindaba, por lo que esta se fue tornando cada
vez más pálida, hasta conformar lo que denominamos actualmente, y mal por
cierto, raza blanca.
Según esta aseveración, la mutación implica
un debilitamiento de la raza originaria, debilitamiento que tiene otras
manifestaciones palpables y medibles que confirman la teoría de la evolución
darwiniana.
A estas elucubraciones y coincidiendo con
Arnold J. Toynbee (Estudio de la Historia, Tomo 1, pag. 113 y ssgtes., Ed.
Galerna, 2015) agrega que las nuevas dificultades que enfrentaron los grupos de
la dispersión, les permitieron desarrollar una amplia inventiva cultural,
tecnológica y social, superando rápidamente al conjunto que había permanecido
en la tierra originaria.
Esto justificaría que en la actualidad la
población de África fuera sensiblemente menor a la del resto de los continentes
y también su atraso, producto de la comodidad de vivir en una tierra fértil.
Comparando estudios recientes, (del doctor
David Keale, y colaboradores del King's College London, publicados en revista
de urología BJU International, en los que coincide el Dr. Rhebra Benick, de la
Universidad de Bloomington), con sus estudios antropológicos y paleontológicos,
ha establecido que se viene experimentando una seria disminución en la longitud
peneana de los hombres, tendencia que, afirma, con el transcurso del tiempo
logrará la definitiva desaparición del referido miembro y por ende de los
hombres.
En tal sentido, y conforme lo publicado por
la prestigiosa revista científica, en la actualidad solo los países poblados
por hombres de raza negra o sus descendientes directos, poseen una longitud
peneana similar a la que originariamente tenían nuestros ancestros (República
Democrática del Congo, República del Congo, Ghana, Nigeria, Colombia, Venezuela
y Ecuador, estos tres últimos seguramente influenciados por la descendencia de
esclavos africanos, son los únicos países que superan los 17 centímetros de
longitud)
En el margen opuesto, se encuentran los
países asiáticos (Corea del Sur, Corea del Norte, Camboya, Tailandia e India
con menos de 10 cm) en tanto en una franja promedio estarían los europeos
(Francia, Holanda, Dinamarca, Alemania, España), el resto de los americanos
(Panamá, Perú, República Dominicana, Cuba, Brasil, etc.) y los habitantes de
Oceanía, todos ellos con una medida de 14 centímetros, que vendría a ser la
media mundial.
Este proceso de disminución peneana, cuya
culminación sería la total desaparición del órgano, estaría provocando en las
mujeres un contra proceso de modificación genética que les permitiría ser
autosatisfactivas en materia reproductiva.
En base a estudios sobre partenogénesis, (reproducción
sexual que consiste en el desarrollo de una célula reproductora hasta llegar a formarse
un nuevo individuo, sin que se produzca fecundación y en donde normalmente es
el óvulo el que se desarrolla de este modo, como ocurre en ciertos crustáceos e
insectos) y en experimentos recientes llevados a cabo por científicos de la
Universidad de Agrícola de Tokio en Japón liderado por el Ph. Tokohiro Kona que
ha logrado que una hembra de ratón puede tener crías sin la intervención de un
macho, llega a una conclusión contundente.
El hombre, macho de la especie, está por
desaparecer de la faz de la tierra, y ello no está tan lejos de ocurrir, puesto
que en las relaciones homosexuales y en el lesbianismo ya se perfilan los
atisbos de una nueva raza humana, tal vez andrógina en su perfil visible, pero
claramente femenina en su capacidad reproductiva, aunque ese feminismo sea de
una ambivalencia tal que le permita la reproducción partenogenética.
Finalmente, Almond Parner, recomienda a
aquellas mujeres que quieran en el futuro, seguir usufructuando los beneficios
de un macho humano, tal como hoy se lo conoce, conservar el espécimen que
tienen a su lado a buen resguardo y en lo posible, guardar células vivas del
mismo por si acaso fuera necesario clonarlo.
En cambio, para los hombres actuales no
ofrece solución alguna, están condenados, irremediablemente, a extinguirse.
Interesante artículo con variedad de información. Lo que no me convence es la posible desaparición del ser masculino, tan importante y valioso tanto para la reproducción como para la complementación de la especie humana en todos los aspectos.
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