jueves, 30 de agosto de 2018

Desnuda en gestos

Con risas cosquilleaba por tus jardines tibios,
sabiéndote despacio, desbordado de claveles.
Eras niña aún y la ansiedad, tu juego incansable,
liberando tu cuerpo de cerraduras imposibles,
compartiendo verdades en las que nadie más creía.
No te inquietaba lo remoto en la urgencia de la etapa,
invitabas a soñar desde lo imposible, a lo seguro.
No había en ti sombras de miedos ni de dudas,
siempre desnuda en gestos, ahorrando las palabras.
En tu mansedumbre habitaba el rostro de la ironía.
Imposible era anudarte a un mañana. solo ahora,
solo un hoy, un este instante, este ya, este todavía.
Cómplice, me llenaste con la humedad de la lluvia,
y desde la más intensa sombra me diste calor de vida.
Hasta que al fin quedé encerrado con tu recuerdo,
pensando en cosas de ese futuro en el que tú no creías.



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