martes, 28 de agosto de 2018

Miembros desgarrados

En el aluvión de la noche,
rompiéndonos en ráfagas,
por fin nos despedimos.
Después no quedó nada,
 ni nadie cargando la fatiga.
Solo miembros desgarrados
en la ebriedad de un instante
inasible y misterioso de amor.
Apenas una grieta en el hueco
virginal de lo palpable. Un ahogo.
La honda sabiduría del mutismo
siguió insomne ese peregrinar.



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