Queda
la ternura de tu sonrisa
eclipsando
la razón del imposible.
Ola
interminable que se hizo carne,
en recuerdos
de silencio y sombra.
Intuición
de renacer cada mañana
sabiendo
que tú siempre estás ahí.
Hay momentos en que me siento hurgador de letras muertas, alquimista de consonantes, carpintero de vocales, constructor de palabras sueltas que solas se arman en papel. Y hay momentos en que solo me veo equilibrista de mis pensamientos, sin poder volcar en la pluma frase alguna que refleje la tumultuosa volatilidad de mis alocados sentimientos. Y hay momentos en que me basta pronunciar por lo bajo tu nombre,para saberme vivo. Entero
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