Cierro
los ojos para conocerte.
En
el estruendo de tu cuerpo,
dilato
mis sentidos por caminos
previamente
nunca compartidos.
Vertientes
nuevas que derraman
años
de soledades, con el roce
que fragmenta
en giros tu vestido.
Estimulan
esos perfectos rincones
soplos
de alondra sobre tu nieve,
que,
en fino chubasco, se abate
en
musical evocación sin letra,
empapando,
prematura, la flor
que
te eleva a la cima del cielo.
Sin
verte, adivino las últimas líneas
del
oculto remolino que te atrapa.
Irreal
mujer de agua, te descubres
en
la pícara sonrisa conque enuncias
el
descubrirte mujer entre mis manos.
A veces es mejor ver otra realidad con los ojos cerrados y sentir que solo fluye la inspiración de lo inasible.
ResponderEliminarSaludos.
bellisimo tu poema siempre es un placer pasar por tu rincón mágico
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