El
camino, ese ladrón de distancias,
aleja
ambiciones de volverte a ver.
Desenfrenado,
se extiende en trayectos
que
obligan al horizonte a alejarse
fuera
de toda posibilidad de alcanzarlo.
Desierto
de cristales rotos lo encierran,
laberíntica
utopía de llegar frente a ti.
No
obstante, tú romanza de ninfa,
con sibarítico
canto femenino, me atrae
sin
temor al desvarío sufrido por Ulises,
y tortuosamente mi corazón avanza
sin
estar encadenado a mástil alguno.
Abandonando
el fondo cruel del olvido
al
que, sin palabras, me has condenado.
En monotonía
atravieso el sigilo del campo.
Un
metro se aleja la meta, absorto avanzo
igual
jornada vaciando la miel de silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario