domingo, 6 de diciembre de 2015

Los jueves


La ciudad real, por un derrotero sin mapas,
amanece los jueves con el corazón caído.
Duele su  incertidumbre de fotografía vieja,
su decadencia de fragmentos milimetrados,
aferrados a fábula de una calma triste.
Seres fantásticos, disfrazados de humanos,
monologan con su otro yo solo porque sí,
enarbolando paréntesis multipropósitos,
e improvisando metamorfosis incompletas.
Hilachas de paciencia entretejen vidas
austeras y burdas, teñidas de fracaso.
Los jueves tienen influencias silenciosas,
acechos laborales e infamias contenidas.
Son días de peaje y encuentros solitarios,
absurdos, entre un viernes que no llega
y miércoles siempre a mitad del camino.
El arte de la verdad desaparece los jueves
y en la boca de todos se perfila, inevitable,
una tarde aburrida por la que vamos andando.

1 comentario:

  1. Los martes también son aburridos, poeta, mientras todo el mundo duerme y un alma madrugadora quiere contemplar en solitario la salida del sol. Muy bueno.

    ResponderEliminar