domingo, 6 de marzo de 2016

No tengo porque discriminar

Veo una mujer del pasado, una lágrima
y un tiempo donde todo es mentira.
No aparecen tus ojos ni tus trivialidades.
Escondidas en las cortinas te delatan
una triste realidad y un malvón desapacible.
Tengo ganas de ir tirando la vida
como quien va quemando una historia trunca.
Mientras espero me bañe el destino
me voy vistiendo de pequeñas alegrías decadentes.
Y sigo esperando una lágrima,
una mujer del pasado, tus ojos y tus trivialidades.
No tengo porque discriminar.


1 comentario:

  1. La imagen, sencilla y preciosa. Del poema : "me voy vistiendo de pequeñas alegrías", ¿por qué decadentes?... Buen escrito aunque me genera tristeza.

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