lunes, 24 de junio de 2019

No es obligatorio


En el aire, se balancea
un oficio difícil de entender:
el de armar un día
que puede ser mentira.
Un sol clavado en lo alto
y escondidas lluvias frías
en la habitación de un hotel,
mi mundo, limpio y perfumado,
huele la miel de la esperanza,
mientras la ciudad, la tarde y tú,
están desnudas y aturdidas.
Un azul reciente se construye
con todas las arrugas del ayer.
Envejecer, ese es el oficio
que se desborda a cada hora.
Por ahora, ni tu ni yo somos viejos.
No es obligatorio, sino inevitable.


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