sábado, 15 de junio de 2019

Y ni aún así


Hoy tengo mis ojos habitados por pájaros de la noche,
por palabras lejanas que se pierden por tu cuerpo,
como un instante agonizante para inventar un dios.
Quiero un viernes que este predestinado a la tristeza
y un ritual secreto que me transporte hacia el olvido,
despojarme en un lejano estallido de vera intimidad,
y para mi ombligo, varias bocas de sutiles formas.
El ayuno fatiga mis brazos y torna pesada mi cabeza.
La garganta envenenada por un te quiero sin decir
mengua la conciencia con el olor sagrado del deseo.
Es mentira que la lluvia te recuerde. Solo llueve,
y ni aun así, bajo la garúa, se detiene el desespero.

1 comentario:

  1. Me posé sobre cada palabra y verso, para olfatear la huella de cada letra. Poema que encierra sabor de deseo.
    Excelente!

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