domingo, 10 de mayo de 2020

Alli me acodo



En mi cuerpo, por dentro,

hay olas traqueteando,

un bosque estornudando,

flores sujetando al viento,

y, arrastrando el tiempo,

un caracol de deseo.

Mi piel alberga aguas

de tibiezas somnolientas,

con olor a tierra y lagos,

minutos largos desfilando,

caricias con sensibilidad

y cosquillas de pájaros.

En algún lugar hay jinetes

madrugadores y sonrientes,

centinelas de madreselvas,

abriendo vientos para pasar

suaves llanuras y aguaceros,

con una conciencia azul

abrazando a mi sombra.

Mi cerebro construye, lento,

castillos de arena y balcones

de espuma transparente,

allí me acodo apretando dientes

y divago historias de carne y hueso.

1 comentario:

  1. Los vientos barren las madreselvas y el aguacero se vuelve divinamente blanco, blanco de pureza. Bellas letras.

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