Tu cuerpo
es un río revuelto,
reprimido
al tacto y libre
en lo
ingenioso del sexo.
Desnuda
la mente y aleja
toda
virtud o simple pavor.
Desatado,
no llega a saber
de distancias
ni de trópicos.
Se
aturde con ritos sonoros,
perpetuando
en la memoria
formas
imprevistas y desidias.
En
definitiva, tu talle suele ser
un fantasma que no alcanzo,
una mordida
de luz y, a veces,
un forastero
fastidioso oculto,
picaresco,
bajo las sábanas.
Palabras de enojo muy bien entrelazadas. A veces...hay que dejar que las aguas corran y purifiquen el aire. Buenas tardes, poeta.
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