es un
nudo de incongruencias.
Sin
razones, en silencio,
con
rutina de vagabundos pensamientos
y una
alquimia de carnal fuego,
fabrica
una contra historia,
defectuosa
y ciega,
oculta,
tras la afanosa máscara
de ser
solo una parte de la verdad.
Un
camino largo recorrió,
de
abriles a diciembres, nuestra historia;
y
termino desconociendo
la
fruta prohibida de los ocultos amores.
No son
eternos los besos
pintados
con tizas de colores,
ni los
aromas primaverales
cautivos
en cristales de escarcha.
Hoy,
penitente, el llanto en las venas
acuna
tu soledad de mujer sin amor.
Olas
de sal pasean tus arenas,
dejándote,
a veces, solo sequía otoñal,
extrañando
los vestigios de intimidad
que
hace algún tiempo
despilfarrábamos
en nuestra intemperie.
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