La marea está alta,
sarcasmo
de la oscuridad,
rugiendo
tenaz.
Ebria
de sombras,
en la desidia
nocturna,
ensaya
un canto extravagante
nacido
del oscuro mar.
Una
nostalgia de aguas quietas
despeina
sus ímpetus,
y en suspiros,
desmorona soledades
como
prohibidos reflejos
de los
rincones de mi intimidad.
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