miércoles, 10 de diciembre de 2008

Ezeiza

Hacía unos pocos meses, en marzo, que había rendido la última materia, Ingles, y me había ido a trabajar a Santa Cruz, si bien con esperanzas, también con terribles nostalgias por mi querido Rosario, por los amigos, los compañeros, por los lugares comunes que no podía olvidar.Para colmo, se me había ocurrido enterrarme en Cañadón Seco, veinte casas, todas de Ingenieros y Técnicos y viejos empleados de YPF que se creían el culo del mundo, pero como recién me estaba amoldando, no me daba mucha cuenta de eso, después fue peor… mucho peor.-
La cuestión es que los primeros días de junio volví a Rosario y me reintegré al viejo grupo de cumpas de la Facu.-Por esos días nuestra ansiedad iba en aumento... miles de rumores nos levantaban el ánimo o lo dejaban por el piso, según fueran las noticias... que viene... que no viene... que viene pero no lo van a dejar... que va a ser como en el 64... que va a ser como la otra vez... del Aeropuerto no va a poder salir...

Todos creíamos tener información veraz y todos la deformábamos un poquito para que fuera mas aceptable...Era imposible... después de tantos años que fuera cierto... pero también era imposible que no lo fuera...
Teníamos reuniones todos los días, hasta dos o tres por día... que vos sos el responsable del grupo tal... vos coordinas con los enlaces de Económicas... vos esto... vos aquello, y al día siguiente o a la reunión siguiente se cambiaban los roles y las funciones.-
Así llegamos hasta el día anterior, a la mañana, bien temprano nos fuimos encontrando en el barcito de Córdoba y Dorrego, café y medialunas de por medio escuchamos las últimas indicaciones y la última asignación de funciones.-Responsable de Facultad, Miguelito, jefe de seguridad Oscar secundado por el buenazo del gordo Abel, enlace con lo territorial el Tano, y yo como coordinador con Económicas, El resto del día lo pasamos corriendo de un lado a otro con los nervios de punta y la ansiedad comiéndonos el alma.-
A última hora de la tarde, Miguelito, Oscar, el Gordo Abel y yo nos fuimos al departamento de San Lorenzo, el Tano también, pero el se quedó en el suyo con la Colo, tal vez era el único que también pensaba en otra cosa.-
Las horas no pasaban mas, el Gordo Abel gastó la radio de tanto buscar noticias, radio Colonia... no mejor no... mejor Rivadavia, o radio el Mundo.... Miguelito cebaba mate y Oscar y yo mezclábamos partidas de ajedrez con discusiones sobre las noticias que escuchábamos, puteándolo al Gordo que a cada rato volvía a cambiar de emisora.
Por esos tiempos tenía una muletilla, cada vez que algo no me gustaba o no encajaba en lo que estábamos discutiendo siempre decía "es el puto sistema", no se porque motivo pero esa tarde lo repetía mas que de costumbre, hasta que Miguelito se hartó, y alcanzándome un mate me dijo "Vos seguí jodiendo con el sistema.... que un día el sistema te va a romper el culo y ahí si vas a poder decir.... es el puto sistema".-
Nunca más volví a usar la muletilla y fue la tardenoche antes de que saliéramos.-Claro que esa noche fue una noche que no terminaba nunca, preguntábamos la hora a cada rato.... hasta que al final no aguantamos mas y nos fuimos hasta Oroño y Córdoba, lugar donde nuestro grupo iba a concentrarse y desde donde íbamos a ir a Rosario Norte.-
Cuando llegamos nos esperaba Rosario entero, de Derecho, de Económicas, los pirañas del secundario rompiendo las bolas con el Turco a la cabeza.-
Miguelito, Oscar y el Gordo comenzaron a organizar el grupo y a evitar el desbande porque ya mas de uno comenzaba a caminar para el lado de Richieri, tratando de llegar primero a la estación.-Finalmente en medio de cánticos, consignas y el grito de "Perón, Perón" que brotaba desde el fondo de cada garganta llegamos a Rosario Norte, la estación era un ordenado caos... allí si estaba todo Rosario y nosotros éramos un puñado mas, y a penas.-
Estaban todas las agrupaciones, todos los barrios, todas las unidades básicas, todas los sindicatos... estaban todos.... todos....Junto a los de Económicas y a otro grupo nos asignaron un vagón, Oscar y Abel en una puerta, el Gringo y el novio de Graciela, los dos de seguridad de Económicas, en la otra... si no eran del grupo asignado... no subían, pero no hubo problemas... ni un solo incidente....Arriba del vagón el caos era todavía mayor, bombos, pancartas, banderas, cantos, gritos se mezclaban con... con cuantos?
Con cien... con doscientos... ¿cuántas personas entran en un vagón de ferrocarril?... bueno con todas esas... mas todos los parados... mas los sentados de a tres... de a cuatro en los asientos.... mas los que se tiraron entre los respaldos de los asientos.... mas todos... todos...Y ninguno hizo un solo quilombo... ninguno protestó por nada... ninguno le dio trabajo a Oscar y compañía...En ese vagón de ferrocarril que nunca terminaba de llegar a la Capital comenzamos a rodar hacia Ezeiza, ¿cuántos vagones más componían ese tren?
¿Cuántos trenes más salieron de Rosario ese día?Recién hoy me lo pregunto, nunca tuve esa inquietud, en ese momento el mundo, la historia, la Patria, todo estaba en ese vagón… estaba donde yo estaba… y yo estaba en la Historia, estaba haciendo la Historia, y si bien sabía que había otros vagones y otras formaciones solo me importaba donde yo estaba, solo eso existía.-No dormimos hasta llegar a Retiro, nadie durmió, así que nadie pudo soñar el día que vivíamos ni lo que vendría.-
No recuerdo bien si fue Caito el que en Retiro nos dijo que nos dividiéramos en grupos mas chicos, treinta o cuarenta cumpas y que nos subiéramos a los ómnibus que estaban afuera, los cumpas de Buenos Aires los habían "tomado" para llevarnos a Ezeiza.-
Allí nos desbandamos, en mi micro solo subimos con Miguelito, no se como fueron o viajaron los demás, solo se que nos reencontramos donde por ese entonces comenzaba la autopista Richieri, junto a la General Paz.-
Los grupos se volvieron a reorganizar, solo hasta allí podían llegar los micros, después había que seguir a pie.-Grupos… miles de grupos había… Juventud Sindical Peronista, pancartas verdes… la UOM con las azules… UOCRA… CGT… sindicato de la Carne…. JP… JUP… JTP… Montoneros…todos en columnas vocingleras y apretadas… desconfiando los unos de los otros… con agresiones verbales.

Y a su lado, a ambos lados de la Richieri, sobre la General Paz, miles y miles de personas anónimas, padres, abuelos, hijos, nietos, señoras gordas, vendedores ambulantes… choripaneros… caminando por los costados, por fuera de la autopista tomada por las organizaciones de militantes….
La autopista Richieri temblaba por el ruido de las columnas que avanzaban hacia el puente 12, pero de las banquinas y las calles laterales surgía una silenciosa oración formada con palabras comunes, familiares, tal vez con el reto de alguna madre a un hijo que, travieso, quería corretear por el pasto o tal vez algún comentario sobre el partido del último domingo… o por las posibilidades nuevas que traía este regreso… el último… el definitivo….
Eran dos países los que marchaban hacia el Puente 12, uno, concentrado, apretado, organizado, estructurado, separado en células mas o menos grandes, depende de cada organización, de cada sindicato, encerrado detrás de largas, duras cañas, cubriendo sus cabezas con pancartas, pasacalles y estandartes… gritan mas para si y para los otros grupos que para el mundo… para el resto…
Pero los que no vimos ni supimos que estaban allí y estaban… pues eran el otro grupo… el que esperaba desde la noche anterior o la tarde anterior entre los árboles, en el pasto, sentados en reposeras… tomando mate… pateando alguna pelota… los que esperaban sin estridencias… solo con esperanzas… los que formaron el grueso de los millones de personas que, desde su corazón iban a recibir al Líder.
Eran mas... estoy seguro que muchos mas, muchísimos más que los que estábamos en la autopista, aumentando nuestra mutua desconfianza mientras nos acercábamos al Puente.-
Ellos iban a recibir a Perón… nosotros a disputarnos a Perón…No lo supe en ese momento… lo reflexioné después… nuestra mezquina mente sectaria no nos hizo comprender que lo estábamos perdiendo, ambos, los que ganaron, si alguien ganó, y los que perdieron, si alguien perdió… pero también lo perdieron los otros, la mayoría, los que desde su modo común de vida eran nada mas ni nada menos que el Pueblo,Nuestra columna llegó hasta bien cerca del Puente 12, justo frente al palco desde donde se esperaba que hablara el General.-
Al principio se sintieron unos ruidos sibilantes volando alto y algunos choques contra las columnas de alumbrado… alguien desde algún micrófono pidió que la orquesta ocupara las sillas que estaban sobre el escenario… a nuestra izquierda se produjeron algunos roces con una columna de la Juventud Sindical y nos empujaron un poco a la derecha… la columna, detrás de las gruesas cañas, se movía como una pesada oruga, haciendo fuerza para no perder terreno… no mucho al menos.-
Creo que la orquesta alcanzó a tocar algunas piezas… creo… no me acuerdo… se que de pronto los gritos se hicieron silencio y sobre la izquierda del palco hubieron corridas… hubo ambulancias que se abrieron paso entre las columnas yendo al palco.-
Fabio desde el Puente dijo algo… más corridas y un hombre que es izado por los pelos desde la plataforma al palco… Osinde muestra un arma… y ya todos estábamos tirados en el piso… los músicos temblando en el escenario, desparramadas las sillas… nosotros abajo, en el pasto, en el asfalto… y la gente que esta en la banquina… en el bosque… en sus reposeras que comienza a juntar sus cosas… a marcharse.-
Algún helicóptero que sobrevuela la zona y todos gritan… Llegó… Legó… pero no, alguien anuncia que Perón no viene… que va a Morón… que no hay seguridad…Ya sabíamos que las balas eran balas… que las corridas escondían muertos… heridos… y comienza el desbande hacia Capital…Ni Oscar ni Abel, ni Miguelito pudieron controlar el grupo… se desparramaron… corrieron solos dejando tirados pancartas, pasacalles… estandartes… era bronca y miedo… miedo y bronca lo que empujaba a dejar el lugar… a escapar de las balas… tal vez corriendo y ayudando a alguno de la Juventud Sindical… o de la UOM… con tanta bronca y tanto miedo como nosotros….
Los cuatro, mas Silvia, la novia de Oscar, salimos de la autopista y corrimos hacia un barrio que ni sabíamos como se llamaba… se que llegamos a una estación de ferrocarril y nos subimos al primer tren que pasó… junto a otros cuantos mas que hicieron lo mismo como autómatas… no sabíamos donde iba… lo que importaba era salir de allí…A las dos o tres estaciones, o tal vez en la siguiente, el tren se paró y anunciaron que solo llegaba hasta allí, que no iba a Ezeiza, allí me di cuenta que no estábamos ni en el Sarmiento ni en el Roca, las dos líneas de trenes que mas conocía… y que en realidad no sabía donde estábamos….
Alguien nos dijo que de regreso este tren pasaba por la Estación Sáenz, en Pompeya… y allí mas o menos pude ubicarme… tomamos la formación que salió hacia allá… durante la marcha del tren todavía se podía ver por la Richieri, en tramos, gente caminando, ya no vimos corridas… pero todos la comentaban.-Cuando llegamos a Pompeya, bajamos los cinco… Oscar y Silvia volvían a Rosario… el Gordo Abel se quedaba en el departamento de su familia con Miguelito, yo tenía pensado ir a la casa de mi madrina…
Tomamos el primer colectivo en el que leímos Retiro para acompañar a los que volvían a Rosario… fuimos al control… en plaza San Martín… nos chequeamos creo que con Caito y acompañamos a los cumpas a tomar el tren…Abel, Miguelito y yo volvimos al centro caminando, cruzando Plaza San Martin… todo estaba mas o menos tranquilo… en la avenida Córdoba se quedaron ellos y yo seguí, caminando también, crucé una plaza del Congreso desierta, llegué hasta San Juan y Matheu… donde mi madrina tenía su departamento…
Llamé al portero eléctrico, me abrió y subí… recién allí me cuenta de la hora… eran las dos de la mañana del 21 de junio de 1973… Perón estaba en el país…

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