martes, 10 de mayo de 2011

Anual

Este infierno de amantes eternos
es demasiada condena para mí.
Ermitaño de ambos, adicto a villanos,
torpe y raro residente del papel.
Me consumen esos actos leves,
inconclusos en hermenéuticas batallas.
Tus pechos, que gravitan con pasados,
que respiran pasos de caracol y campanadas.
De marzo a agosto siempre deseo,
noches extenuadas en esas inmensas ganas
de íntima conflagración, mujer ojos oscuros.
De septiembre a febrero tú eres a mí,
mariposa de pasarela urbana, amargo fruto,
destierro de tu boca de azúcar quemada,
mujer ojos de agua, de celebridad prendada,
febril abismo de ausencias prolongadas
que divide mi año entre el todo y la nada.


3 comentarios:

  1. Impecable, simplemente perfecto.

    Muchas felicidades :-) Un abrazo, poeta.

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  2. Cómo siempre versos que se alinean a la sensibilidad de tu pluma.
    Felicidades

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