Allí es donde reinas tú,
guerrillera en el mar
de los cinco sentidos,
todos secuestrados
en el reflejo oscuro
de tus trascendencias.
Sombra incoherente,
suave y profunda,
que rozas la noche
en veleidosa ley
de imposibilidades
siempre logradas.
Anatomía encarnada
en añiles despertares,
con la tenue fugacidad
de los lentos suspiros.
Atlántica y abismal
inercia de una ilusión,
mirando mucho más allá
de estas tentaciones
con que hoy nos regalamos,
en un minuto, todos los años.
Y siempre, sabe a poco.
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