miércoles, 24 de agosto de 2011

Madrugada


Andar lento en la madrugada,
desafío urbano a uno mismo,
crónica de un regreso sin partida
de y hacia un mundo irreflexivo.
Buscar el boquete de la vida
en rostros de excluidos perfectos,
beber el soplo gris de la tempestad.
preguntado a las farolas del intento
 donde están los últimos poemas?
Escribir flamantes cantinelas al vacío
en impulsos con nombre y apellido.
Complicada espera, sin ningún aliento
para el retorno de lo que fue nuestro.
Sonreír llanamente a la cortesía,
esa remembraza, que cuesta descubrir.
En silenciosa tranquilidad brumosa
inventar en vano un ritual cualquiera
en la estrepitosa soledad cosmopolita,
curiosa ventana por donde mirarnos
en la madrugada, andando lentos.

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