Arribas, y me provocas
instintivos sueños vedados
a la eternidad deseada.
Esa ilusión efímera
de días imaginarios,
en que te recuerdo
deseando olvidarte
en el profundo olvido.
De la pendular memoria
níveos duendes, turban
mi desnuda huella
cual resto de polvo
vacío de sombras.
Huyen de la ausencia
los pájaros indecisos
de mis pensamientos,
dejándome perdido,
atrapado en la nada.
Y cuando solo me quedan,
pequeñas palabras caídas,
amanezco sonriendo
dormido en tu pecho.
Ilustración: "Amor" - Kiram
excepto los dos últimos versos, siento que todo el poema, está escrito en mi piel
ResponderEliminarlos finales son difíciles, a veces sentimos que ni el tiempo podrá lograr que se curen las heridas, las propias y las provocadas
igualmente, tus palabras, siempre tienen la belleza de lo poético, la certeza de lo verdadero, y lo doloroso de la realidad, cuando esta duele...
un abrazo enorme, que tengas un hermoso fin de semana
claudia