sábado, 8 de noviembre de 2014

Ave y puerto


Enclaustro mis ojos al contemplarte
desnuda, en rojo y en pulcra armonía
cuando el sol cae en plácido letargo
fuera la frontera del descubrimiento.
Alimento de fantasías mi sexo sentido,
continuidad de un determinado acertijo
que en mi alcoba, terco, me amanecerá
en diluvios de presuntuoso egoísmo
sobre tu cielo abierto de mujer carmesí.
Y tú, olvidada en la caleta de tu esencia,
te cedes a mis manos en suave levitación.
Dulce pecado el perdurar en la vastedad
de las crónicas de nuestras circunstancias,
sin temor a la niebla de lo acostumbrado
y donde eres, ave y puerto imperturbable.

Ilustración: "Desnuda en rojo" - José Manuel Merello




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