Momentos hubo, seguramente
en los que existió un tiempo,
un cuerpo y ella, alma vieja.
Un rayo de sol despreocupado
y un acoplo de manos atadas.
Acordes desafinados manando
del orgullo después del sexo.
Personas, espejos, días arduos,
belleza en alguna fotografía
y un envío en ese “no te nombro”.
Asechanza de hombre y mujer,
desveladas confesiones al vacío,
ecuación de los cinco sentidos,
utopía en ausente dimensión.
Terceros momentos cómplices
hicieron nacer la despedida,
y oculto, el espacio se embarazó
de las degradaciones del adiós.
Ilustración: Dibujo a tinta - José De la Barra
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