siguen sin más su camino,
ebrios de estar enamorados
esos que atan sus piernas.
Crepita el fuego en silencio,
la música es una aliada
de tacto profundo y cálido.
Una vela seduce, danzando,
a las sombras imperfectas
que dialogan en la pared.
Duerme la noche tiñendo
de bucólica paz el entorno.
El tiempo es un secreto
que carece de segundos.
Ya no son necesarios.
Palabras entrelazadas y sugestivas. El fuego es de por sí un símbolo de pasión, y es un ingrediente causal de la ebriedad del amor. Excelente! M.N.
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