Quien pudiera tener habilidad de volar muy
alto,
un silbido que corte el silencio cuando se
aquieta
el rumor de un arroyo o el canto de los
pájaros.
Regocijarse en una lluvia de voz serena y
melodiosa,
dormir bajo las estrellas con un sueño que
alivie
y despertar en los brazos de una mujer
perlada
tan solo por el tenue rocío que cae al
amanecer.
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