De su pacto urbano de silencio,
cuando ya no hay más que decir,
inesperada y sorprendente aparece
la póstuma soledad del insomnio.
Parásito, duerme el bosque colectivo
de seres humanos a la deriva.
Cuantas cosas se aturden en la rutina,
en un viaje infinito por mil caminos,
y solo lo comprendo en mi encuentro
con el silencio de una tormenta interior,
sumisa en su derramada resonancia
que aturde en las noches vacías.
¿Quién soy bajo esta sombra de luna negra?
Quizás el único insomne de la torre de Babel.
¡Hola! No puedo decir que sea una experta en poesía, pero reconozco cuando unos versos son bellos y transmiten algo a la persona que los está leyendo ;)
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ResponderEliminarMuchas cosas se aturden en la rutina y otras se postergan. La noche se hace especial para reflexionar pero siempre hay que extraer lo mejor, hasta de lo peor. Esa es la fuerza que impulsa a seguir.
ResponderEliminarMe encantan tus escritos ¿lo sabes? Buen domingo, poeta.
P.D.: Aclaro, que antes publiqué un comentario en este lugar y que correspondía a otro poema, por eso lo eliminé.