viernes, 10 de abril de 2020

El sarcasmo de la oscuridad

Los ojos abiertos durmiendo en silencio,
desde algún lugar me llama la ciudad.
Grita mi nombre y se detiene a escuchar
el rotundo aplauso de un eco disponible.
Me cobijo con cenizas azules y cerveza,
cerveza alta, rubia y de quietos ojos verdes.
Unas se esparcen con el viento más leve,
la otra se disipa esperando méritos mayores.
Entonces es la partida, aprendiendo a volar,
hasta que la ciudad se rinda y ya no me llame,
prolongando el  sarcasmo de la oscuridad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario